5.5.06

Y la gente caia de espaldas...

Era una noche fría y cada jadeo suyo salía como un claro vapor que se condensaba formando pequeñas gotas de agua en el duro metal, como siempre que uno está arrodillado con un revolver metido en la boca a la orilla de un lago.
Si hubiera hecho un poco mas de frío talvez no hubiera habido ningún transeúnte que se entrometiera, pero los había. Miraban horrorizados y no alcanzaban a intentar disuadirlo antes de que cayeran de espaldas, derramando vida por la frente.
Talvez si hubiera sido un fin de semana habría habido más trafico y éste hubiera ahogado el sonido de los disparos. Pero era un miércoles cualquiera, y la gente escuchaba y miraba horrorizada, y antes de echar a correr caían de espalda, derramando vida por la frente.
Ni el escaso tráfico, ni los gritos horrorizados, ni los cada vez más excesivos disparos lograron acallar los aullidos de las sirenas convergiendo hacia él.
Correr fue la solución lógica... Es lo que hubiera hecho cualquiera en su situación… No pueden culparlo por correr.
Su flequillo se retorcía estertóreamente mientras era empujado por la frente y retenido por una estática masa de aire, su corazón bombeaba con excesiva fuerza y rapidez, su mente se nublaba, como siempre que uno escapa de la policía.
Tal vez si la gente fuera más sensata se habría apartado de su camino. Pero en su mayoría eran buenos ciudadanos, y antes de intentar detenerlo caían de espalda, derramando vida por la frente.
Las sirenas convergieron… pero él había desaparecido.
Tal vez si la policía fuera más eficiente él se habría podido suicidar tranquilo. Pero no lo es, y la gente cae de espaldas, derramando vida por la frente.

2 comentarios:

Un hombre sin reflejo dijo...

Tal vez si no existiera el amor, no existiria la tristeza, tal vez si no amaramos la vida no intentariamos suicidarnos, tal vez...

Play Blackjack dijo...

I am assured, that you have deceived.